miércoles, 16 de mayo de 2018

viernes, 14 de agosto de 2015

"De qué hablamos cuando hablamos de Género"

 “DE QUÉ HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DE GÉNERO”

AUTORA: SILVIA MIRTA VÁLORI


Este Ensayo tiene como objetivo principal destacar las diferentes connotaciones que se le da a la categoría género.

El término inglés gender (género) tiene una sola acepción que apunta directamente a los sexos –sea como accidente gramatical, sea como engendrar—mientras que en español tiene varias connotaciones o significados. Las académicas anglosajonas lo usaron –en los años 70—con la intención de diferenciar las construcciones sociales y culturales de la biología, suponiendo que con la distinción que se hacía entre sexo y género se podía enfrentar mejor el determinismo biológico y se ampliaba la base teórica argumentativa a favor de la igualdad de las mujeres.
Plantear o decir, en idioma español que “vamos a estudiar género” resulta un tanto equívoco para los principiantes... ¿de qué género se trata: de un estilo literario, de un género musical o de una tela? En español la construcción de género como cuestión relativa a la construcción de lo femenino y lo masculino sólo se comprende en función del género gramatical, y únicamente las personas que están en el debate teórico al respecto lo comprenden como relación entre los sexos, o como simbolización o construcción cultural.
Género se usa básicamente como sinónimo de sexo; la variable de género, el factor género, son nada más y nada menos que las mujeres. Entre los hispanohablantes esta sustitución de mujeres por género tiene una fuerte justificación, pues hablamos de mujeres como el género femenino, por lo que es fácil deducir que cuando nos referimos a género o a perspectiva de género, estamos refiriéndonos a las mujeres.
Joan W. Scott nos señala en un Ensayo clave, que se utiliza la palabra género en lugar de la palabra mujeres porque género suena más neutral y objetiva. Género parece ajustarse a la terminología científica de las ciencias sociales y se desmarca así la (supuestamente estridente) política del feminismo.
... Género incluye a las mujeres sin nombrarlas y así parece no plantear amenazas críticas. Scott propone una definición (...) el género es un elemento constitutivo de las relaciones sociales basadas en las diferencias que distinguen a los sexos y el género es una forma primaria de relaciones significantes de poder.
En los últimos veinte años investigadoras y pensadoras han utilizado la categoría género de diferentes maneras y han hecho dos usos básicos de ella: hablar de género refiriéndose a las mujeres y el que hace referencia a la construcción cultural de la diferencia sexual, aludiendo a las relaciones sociales entre los sexos.
Desde la antropología, la definición de género o de perspectiva de género alude al orden simbólico con que una cultura dada elabora la diferencia social.
Delgado se propuso analizar la violencia anticlerical en España y, entre otras muchas observaciones, planteó la “consideración del sistema religioso de la cultura en “tanto que objeto de identificación genérica, como parte del orden representacional encargado de operar la distinción sexual”.
Lo que define al género es la acción simbólica colectiva. Mediante el proceso de constitución del orden simbólico en una sociedad se fabrican las ideas de lo que deben ser los hombres y las mujeres.
La lógica del género es una lógica de poder, de dominación. Y es, según Bordieu, la forma paradigmática de violencia simbólica la que define como “aquella violencia que se ejerce sobre un agente social con su complicidad o consentimiento”.
Bordieu señala además, que la eficacia (de la dominación) masculina radica en el hecho de que legitima una relación de dominación al inscribirla en lo biológico, que en sí mismo es una construcción social biologizada.
Bordieu, al igual que Godelier, ubica en lo simbólico el origen del estatuto inferior que casi universalmente es asignado a las mujeres.
Mediante el género se ha “naturalizado” la heterosexualidad, excluyendo a la homosexualidad de una valoración simbólica equivalentemente aceptable; y, por este motivo, existe un buen número de personas cuyas vidas están en conflicto abierto con la sociedad.
La identidad sexual se conforma mediante la reacción individual ante la diferencia sexual, mientras que la identidad genérica está condicionada tanto históricamente como por la ubicación que la familia y el entorno le dan a una persona a partir de la simbolización cultural de la diferencia sexual: el género.
Así como se usa género en vez de sexo, existe una tendencia a sustituir la categoría analítica diferencia sexual por género, eludiendo el papel del inconsciente en la forma de la subjetividad y la sexualidad. Constance Perley señala que el término género se ve como más útil y menos cargado que diferencia sexual, particularmente en la medida que el género es visto como (...) una forma de referirse a los orígenes exclusivamente sociales de las identidades subjetivas de hombres y mujeres y de enfatizar un sistema total de relaciones que pueden incluir el sexo, pero que no está directamente determinado por el sexo o determinado de la sexualidad (1).
La perspectiva de género ha ido conformando, a lo largo de estos años, una perspectiva diferente sobre sexo, y resulta evidente que la normatividad heterosexual impuesta a la humanidad es limitante y opresiva, pues no da cuenta de la multiplicidad de posiciones de sujeto y de identidades de personas que habitan el mundo. Por eso es que desconstruir la simbolización cultural de la diferencia sexual se convierte en tarea del feminismo.
Para finalizar, reducir la complejidad de la problemática que viven los seres humanos a una interpretación parcial que habla sólo de la “opresión de las mujeres” no es únicamente reduccionista sino que también conduce al “victimismo” y al “mujerismo” que con frecuencia adoptan muchos análisis y discursos feministas, no distinguiendo el impacto negativo que conlleva la “victimización” o la supremacía de uno de los dos géneros, reclamando para sí condiciones que hoy se cuestionan al género masculino, pues no hemos sido hechas y formados para ser ni unas ni otros inferiores y/ o superiores. Por eso es que coincido en definir y distinguir a la perspectiva de género como una herramienta de análisis que pretende desentrañar las relaciones de poder existentes entre mujeres y varones de todo el mundo, cuyas características principales son: la asimetría, el establecimiento de jerarquías en las que los varones adoptan una posición dominante y las mujeres quedan subordinadas, y una valoración negativa de los proyectos y prácticas femeninas; instrumento que nos resultará útil para lograr establecer un predominio de relaciones sociales iguales, equitativas y no discriminatorias, lo cual es esencial y necesario para gozar de paz en un mundo cada vez más privado de ella.
Y esto es a lo que apunto, cuando escribo o cuando digo “género”.


ESTE ENSAYO HA SIDO PRESENTADO EN EL CURSO "CRÍTICA EPISTEMOLÓGICA FEMINISTA"

FUENTES CONSULTADAS:

USOS, DIFICULTADES Y POSIBILIDADES DE LA CATEGORÍA GÉNERO – MARTA LAMAS – REVISTA DE ESTUDIOS DE GÉNERO – UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA.
(1)
PENLEY, CONSTANCE. “MISSING M/F” EN “THE WOMAN IN QUESTION”, PARVEEN ADAMS Y ELIZABETH COWIE.

FOTOETNOGRAFÍA EDUCATIVA

FOTOETNOGRAFÍA EDUCATIVA: UNA RUTA
PARA COMPRENDER LA CULTURA CORPORAL
ESCOLARIZADA
William Moreno Gómez *

"Tenemos que mirar con ojos de ave nocturna".
Jean Améry

"La lectura del mundo precede a la lectura de
la palabra, de ahí que la posterior lectura de
esta no pueda prescindir de la continuidad
de la lectura de aquel".
Paulo Freire

viernes, 2 de julio de 2010

Apasionada...

Hoy, viernes 2 de Julio a las 18 horas se inaugura la muestra fotográfica sobre Mujeres con discapacidad que ha organizado La Usina.
En el Congreso de la Nación, Salón de los Pasos Perdidos.
Invito a todos, todas a estar presente en esta inauguración!
Y deseo éxitos a los/as Organizadores/as...

martes, 26 de enero de 2010

Se reciben adhesiones a esta declaración en solidaridadmujereshaiti@gmail.com

Martes 26 de enero de 2010
DECLARACION INTERNACIONAL POR HAITI
INICIATIVA DE AGRUPACIONES DE MUJERES Y FEMINISTAS Y ACTIVISTAS INDEPENDIENTES DE AMERICA LATINA Y EL CARIBE.
Suma tu firma a esta declaración y ayudanos a difundirla. Las Feministas en Resistencia de Honduras, la agrupación Las Rojas de Costa Rica, las Mulheres Rebeldes de Brasil, el colectivo Contranatura de Perú, el grupo Género con Clase de Venezuela, la Red contra la Violencia Doméstica y Sexual de Chile, junto a decenas de activistas feministas, lesbianas, autonomistas de América Latina y el Caribe se sumaron a esta iniciativa de Pan y Rosas que, desde Argentina, Brasil, Bolivia, Chile y México impulsamos esta declaración unitaria en solidaridad con nuestras hermanas haitianas, exigiendo el retiro de las tropas de la MINUSTAH; que las ganancias de las empresas capitalistas estén disponibles para paliar el desastre y que la ayuda humanitaria sea distribuida por organizaciones de mujeres, feministas, obreras y populares.
¡Basta de violencia contra las mujeres, niñas y niños de Haití!
Suma tu firma a esta declaración y ayúdanos a difundirla.

---------------------PRONUNCIAMIENTO DE MUJERES Y FEMINISTAS DE AMERICA LATINA Y EL CARIBE----------------------------

Solidaridad con nuestras hermanas haitianas

Pongamos en pie una gran campaña unitaria internacional

Un tercio de la población haitiana ha sido afectada por la catástrofe, más de 200 mil muertes y un país absolutamente devastado que deberá enfrentar enfermedades y epidemias que se propagarán por la descomposición de cadáveres, la falta de agua potable y la inexistencia de la más mínima infraestructura.Los terremotos son imprevisibles.

Pero las consecuencias que tuvo este sismo para el pueblo haitiano eran absolutamente previsibles. La inmensidad de la catástrofe no es el resultado de la naturaleza, sino de un sistema de explotación y expoliación que ha convertido a Haití en uno de los países más pobres del mundo: el 80% de su población sobrevive en la indigencia, el 60% sin trabajo, la expectativa de vida apenas supera los 50 años, la tasa de mortalidad infantil es del 80‰, no hay agua potable y la desnutrición es crónica. En Gonaïves, la segunda ciudad del país, el 70% de los hogares carece de letrinas. Ya antes de la tragedia, Haití tenía la más alta tasa de mortalidad materna en la región: 670 muertes por cada 100 mil nacidos vivos.Y cuando estas son las condiciones con las que se enfrenta un terremoto de tamaña magnitud, las consecuencias no son un destino inevitable ni obedecen a un “capricho” de la naturaleza.
Por eso, denunciamos que la tragedia que hoy se cierne sobre el pueblo haitiano obedece a que Haití ha sido sometido a dos siglos de saqueo imperialista, cincuenta años de dictaduras sangrientas como las de los Duvalier, recientes golpes de Estado perpetrados directamente por el Pentágono, gobiernos títeres de Washington cuyo poder reside en las bayonetas de las tropas canadienses, francesas y los marines norteamericanos y la ignominiosa presencia de tropas de las Naciones Unidas –con soldados enviados por los gobiernos que se reclaman “nacionalistas” y “progresistas” de Brasil, Argentina, Bolivia, Uruguay, Paraguay y Ecuador, entre otros- que bajo el argumento de una supuesta misión humanitaria (MINUSTAH) mantiene la ocupación del territorio haitiano, con el único fin de garantizar la continuidad de la expoliación imperialista del país y los negocios capitalistas a fuerza de pistola, como en la zona franca de la frontera con República Dominicana, donde trabajadoras y trabajadores haitianos se encuentran prácticamente reducidos a la esclavitud, mientras campesinas y campesinos son despojados de sus tierras para convertir el lugar en una gran “maquila”.
Fuerzas “humanitarias” que, amparadas en la impunidad de la que gozan por ser extranjeras, han sido denunciadas en reiteradas ocasiones –pero nunca castigadas- por violaciones a los derechos humanos, detenciones y asesinatos políticos, masacres en los barrios pobres, violaciones y abusos sexuales de mujeres y niñas, pedofilia y trata de personas, sometimiento a la prostitución de mujeres, niñas y niños a cambio de alimentos, y que hoy se preparan para reprimir los supuestos “estallidos de violencia” que es la denominación dada por la clase dominante, de la desesperación de miles de hambrientos, huérfanos, desposeídos, personas que lo han perdido todo, incluso antes del terremoto.
Hoy, en medio de esta catástrofe, se estima que una cuarta parte de la población afectada son mujeres en edad fértil, entre las cuales habrá miles de mujeres embarazadas que no tendrán acceso a los más mínimos cuidados. En un país donde el 43% de los hogares están encabezados por mujeres, ellas y las niñas sobrevivientes, que siempre han sido responsables del trabajo doméstico y del cuidado de las otras y otros, cargarán ahora sobre sus espaldas, la responsabilidad de la supervivencia de sus familias, en refugios y tiendas de campaña, en total desamparo, soportando niveles infinitamente más graves de violencia y el espantoso aumento de los abusos sexuales perpetrados por las tropas extranjeras que ocupan el territorio haitiano.
Por eso, nosotras –trabajadoras, desocupadas, estudiantes, amas de casa, activistas feministas, lesbianas feministas y de la lucha anticapitalista y antiracista-, mujeres de América Latina y el Caribe que nos solidarizamos con nuestras hermanas y todo el pueblo trabajador y pobre de Haití, queremos poner en pie una gran campaña unitaria de las organizaciones de mujeres, feministas, de la disidencia sexual, lesbianas, comisiones sindicales de mujeres, organismos de derechos humanos, estudiantiles y obreros, para que se oiga nuestra voz que reclama: •

¡Fuera las tropas de la MINUSTAH!

¡Fuera yanquis de Haití y de toda América Latina y el Caribe!

Exigimos a nuestros respectivos gobiernos que retiren inmediatamente las tropas de Haití.• Exigimos que sean las multinacionales y grandes empresas capitalistas las que entreguen de forma inmediata los alimentos, medicamentos, combustible y otros insumos necesarios para enfrentar la catástrofe. ¡Que sean sus ganancias las que estén disponibles para paliar este desastre! Y que sean las organizaciones de mujeres, feministas, obreras, estudiantiles, de derechos humanos y sociales sean las que controlen y distribuyan los recursos recibidos en Haití. Que las donaciones lleguen al pueblo y no se pierdan en la burocracia y las mafias oportunistas capaces de sacar provecho hasta en momentos como éste.
• Por la cancelación total de la deuda externa de Haití•
¡Basta de violencia contra las mujeres haitianas!
Buenos Aires, Sao Paulo, México DF, Santiago, La Paz, Caracas, 17 de enero 2010


ALVAREZ GARIN, Tania (México)• ANDRADE ZUBIA, Daniela. Coordinadora de la Ciudad de las Diosas (Argentina)• ÁREA DE DIVERSIDAD SEXUAL (Argentina)• ARMIDA, Marisa (Argentina)• ASSUNÇÃO, Diana. Trabalhadora da USP, dirigente de LER-QI (Brasil)• BATACLANA Espacio Cultural (Argentina)• BENAVIDES, Nadia. Comunidad lésbica feminista La teta insurgente (ex Colectiva Mafalda)• BERGESIO, Romina (Argentina)• BERLANGA, Mariana. Feminista autónoma (México)• BLANCO, Jessie. Revista MATEA (Venezuela)• BRANEZ CORTEZ, Patricia - CIDEM (Bolivia)• BRETAL, María Laura. Feminista y militante de los Derechos Humanos - La Plata (Argentina)• BRUNO, Lía (Argentina)• CAO, Nora. Docente feminista (Argentina)• CAPUTTO, Analía (Argentina)• CARMONA REYES, Maribel. Feminista (Ecuador)• CAROSIO, Alba. Revista del Centro de Estudios de la Mujer - UCV (Venezuela)• CAVALLARO, Veruscka. Periodista (Venezuela)• CEBALLO, Camila (Argentina)• CEPEDA, Ivet (Venezuela)• CERVANTES ROJAS, Flor María. Oaxaca (México)• CÍRCULO DE INVESTIGACIÓN EN ESTUDIOS DE GÉNERO Y COMUNICACIÓN (México)• COLECTIVA FEMINISTA "LA REVUELTA" - Neuquén Patagonia (Argentina)• COLECTIVO CONTRANATURAS (Perú)• COLECTIVO GÉNERO CON CLASE (Venezuela)• COLETIVO DE AÇÃO FEMINISTA de Curitiba (Brasil)• CORDERO, Diana. Colectivo Lesbianas Feministas Josefa Camejo (Argentina / Venezuela)• CORRIENTE NACIONAL 9 DE ABRIL de Trabajadoras/es de la Educación (Argentina)• COSTA ABRAMIDES, Maria Beatriz. Prof. Serviço Social da PUC – Sao Paulo y dirigente del sindicato APROPUC-SP (Brasil)• D’ATRI, Andrea. Dirigente nacional del Partido de los Trabajadores Socialistas - PTS (Argentina)• DBASE Agrupación Docente de Córdoba (Argentina)• DE ALMEIDA SANTOS BEZERRA, Clara Angélica. Prof de Serviço Social da Universidade Tiradentes - Sergipe (Brasil)• DE LA PEÑA, Ireri. Fotógrafa (México)• DE LEÓN, Quimy. Programa radial Voces de Mujeres, Sector de Mujeres (Guatemala)• DE SOUZA LOURENÇO, Edvania Angela. Professor Assistente Doutor do Departamento de Serviço Social da UNESP - Franca (Brasil)• ELIGIO GONZÁLEZ, Eulalia (México)• ESPINOSA, Yuderskys. Feminista autónoma (República Dominicana - Argentina)• FEMINISTAS EN RESISTENCIA (Honduras)• FEMINISTAS INCONVENIENTES - Red de Colectivas y Otrxs (Argentina)• FERNANDEZ MASÓ, María del Carmen (Argentina)• FONKATZ, Daniela (Argentina)• FULANAS Y MENGANAS Teatro Córdoba (Argentina)• FUNDACION AKINA ZAJI SAUDA - Conexión de Mujeres Negras de Cali (Colombia)• GALIMBERTI, Alessandra. Babelarte - Oaxaca (México)• GARGALLO, Francesca. Feminista (México)• GARRIDO, Hilda Beatriz (Argentina)• GASPAR GONZÁLEZ, Aleyda (México)• GATTO, Teresa (Argentina)• GLEFAS, Grupo Latinoamericano de Estudio, Formación y Acción Feministas• GOTTERO, Mariana (Argentina)• GOUSSIES, Ana. Delegada FOETRA Buenos Aires (Argentina)• GRUPO MAÇAS PODRES - INSURREIÇAO FEMINISTA. Santo André (Brasil)• HERNÁNDEZ, Mirla. Lesbiana feminista autónoma (República Dominicana)• HERNÁNDEZ DÍAZ, Blanca (México)• HERRERO VILLARREAL, Diana (Costa Rica)• HUERTA TAMAYO, Gabriela (México)• LAPA, Thais. CLADEM (Brasil)• LAS ROJAS (Costa Rica)• MAGALHAES, Rosana. Feminista autónoma (Brasil - México)• MARTIN, Olga (Venezuela)• MAZZEI NOGUEIRA, Claudia. Prof Universidade Federal Santa Catarina U(Brasil)• MEMORIAL "LELIA GONZALEZ" - Río de Janeiro (Brasil)• MENDES, Magali. Integrante de la Articulação Popular e Sindical de Mulheres Negras - Sao Paulo (Brasil)• MENDOZA GUERRA, Alicia. Militante del PRT (México)• OCHOA MUÑOZ, Karina. Feminista, prof. investigadora UNAM (México)• OLIVA, Silvia. Integrante de la Lista Blanca del Sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba (Argentina)• OLIVIERI, Mariana (Argentina)• ONIJÁ, Mara. Artista Hip Hop, dirigente de LER-QI (Brasil)• ORGANIZACION NACIONAL DEL PODER POPULAR-PARTIDO REVOLUCIONARIO DEL PUEBLO• PAEZ MOLINA, Cristina (Argentina)• PAN Y ROSAS "Teresa Flores" (Chile)• PAN Y ROSAS (Argentina)• PAN Y ROSAS (Bolivia)• PAN Y ROSAS (México)• PAO E ROSAS (Brasil)• PARTIDO REVOLUCIONARIO DE LAS Y LOS TRABAJADORES (México)• PEREYRA, Aurelia. Grupo de Mujeres sin Moldes (Argentina)• PESSAH, Marian. Mulheres Rebeldes (Brasil)• PROYECTO MARIPOSA, Agrupación de Mujeres de Jujuy (Argentina)• QUERALES, Amanda (Venezuela)• RAMÍREZ DELGADO, María. Escritora (Venezuela)• RED CONTRA LA VIOLENCIA DOMÉSTICA Y SEXUAL (Chile)• RED MUJER Y HABITAT DE AMERICA LATINA - Córdoba (Argentina)• RODRIGUEZ FERNÁNDEZ, Sofía (México)• ROJAS BRAVO, Soledad (Chile)• URIBURU, Graciela. Médica (Argentina)• VALENCIA, Margarita (Ecuador)• VALORI, Silvia Mirta. Escritora (Argentina)• VARGAS, Livia (Venezuela)• VIZCARRA BORDI, Ivonne. Investigadora del ICAR, UAM (México)• ZAMORANO CRUZ, Fabiola (México)

Se reciben adhesiones a esta declaración en solidaridadmujereshaiti@gmail.com

viernes, 4 de diciembre de 2009

Género y Discapacidad. Discapacidad y Género. Una cuestión de Derechos.


   Género y Discapacidad.
                     Discapacidad y Género
                                                    Una cuestión de derechos


Elaboración de contenidos
Integrantes del Equipo Interinstitucional e Interdisciplinario de Género y Discapacidad del Consejo Nacional de la Mujer e Instituciones Gubernamentales que participaron en la investigación y redacción del presente Cuadernillo

Lic. Silvia Alicia García
     Dirección de Capacitación del Ministerio de Desarrollo Social
Dra. Norma Isabel Picaso
     Ministerio de Salud
Dra. Cristina Descalzo
    Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social
Escritora Silvia Mirta Valori
    Secretaria de Gestión y Articulación Institucional del Ministerio de
    Desarrollo Social de la Nación
Doc. María Luisa Arredondo
    Secretaría de la Gestión Pública. Instituto Nacional de la
    Administración Pública
Lic. Graciela Noemí Cejas
    Magíster en Integración. Universidad de Salamanca, España.
Lic. Jacqueline Friedman
    Consejo Nacional de la Mujer. Consejo Nacional de Coordinación de
    Políticas Sociales.
Lic. Haydeé Inés Muslera
    Directora Escuela de Recuperación Nº 18.
    Ministerio de Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
   Co – Autora del Proyecto “Escuela para todos”
Prof. Silvia Bersanelli
    Comisión Nacional Asesora para la Integración de las Personas con
    discapacidad

Edición y coordinación general:
  Lic. Mirta Serafini
  Lic. María Lucila Colombo
  Lic. Silvana Mayer

Ampliación y correcciones: Febrero de 2014
Silvia Valori
Silvia Bersanelli
Gustavo de Dios

Presentación

En las últimas décadas ha aumentado considerablemente la actuación, el número y la permanencia de mujeres en todos los ámbitos sociales; sin embargo, la inclusión de las mujeres con discapacidad resulta todavía dificultosa.
La plena participación de las mujeres con discapacidad es un derecho inherente a su condición ciudadana: ellas contribuyen mediante múltiples prácticas –remuneradas y no remuneradas – al desarrollo de la comunidad.
La conjunción de la perspectiva de género y la concepción social de la discapacidad dan lugar a la construcción de un nuevo campo para la comprensión de la discriminación en nuestra sociedad, y a la elaboración de estrategias para redefinir relaciones sociales en términos más justos y equitativos y una noción de ciudadanía que incluya a todas y todos.
Incorporar la perspectiva de género en forma transversal en la temática de la discapacidad tiene como objetivo promover la sensibilización, difusión y concientización con relación al tema de la doble o múltiple discriminación que soportan las mujeres con discapacidad por ser mujeres y por ser personas con discapacidad. Sensibilización, difusión y concientización como condiciones ineludibles para mejorar la calidad de nuestra convivencia, promoviendo el bienestar y la dignidad de las personas.
La Comisión Nacional Asesora para la Integración de las Personas con discapacidad es el espacio gubernamental responsable del cumplimiento, en todo el país, de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con discapacidad que ha sido ratificada por Argentina en Mayo de 2008 mediante Ley Nacional 26378 con el objetivo de promover y proporcionar un marco legal a la participación plena e igualitaria de las personas con discapacidad en la vida social, política, familiar, económica y cultural de la nación. De ahí nuestra responsabilidad para hacer visible la discriminación que conlleva la doble condición de mujer y de persona con discapacidad.
Pero además, existe una invisibilización, también, en el hecho de que son mujeres las que, en la mayoría de los casos, se hacen cargo cuando hay una persona con discapacidad dependiente en la familia, por esta “lógica del cuidado” que se ha “naturalizado” como una práctica femenina.
En esta comprensión, en el año 2004 desde el Consejo Nacional de la Mujer se convocó a otros organismos gubernamentales para crear el Equipo Interinstitucional de Género y Discapacidad destinado a estudiar y difundir esta temática. Fue integrado por representantes del Consejo Nacional de la Mujer y de la Comisión Nacional Asesora para las Personas Discapacitadas (CONADIS) del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, del Instituto Nacional de la Administración Pública, del Ministerio de Desarrollo Social y por personas de Organizaciones de la Sociedad Civil. El Equipo desarrolló acciones de sensibilización y difusión en diferentes provincias y municipios de todo el país y participó también, con los Centros de Referencia del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, en actividades de capacitación.
El presente material que ha sido el resultado de lecturas, investigaciones y análisis de sus Integrantes busca ser una herramienta didáctica que contribuya a visibilizar la exclusión que soportan las mujeres con discapacidad y concientizar para que se las incluya en equidad e igualdad en todos los ámbitos de todo el país.

La plena participación de las personas con discapacidad es un derecho inherente a su condición ciudadana, es un tema de competencia de todas y todos.
Las mujeres con discapacidad contribuyen mediante múltiples prácticas –remuneradas y no remuneradas– al desarrollo de la comunidad.

¿Por qué el abordaje conjunto de género
y discapacidad?

El género y la discapacidad son dos características que, sumadas, aumentan la discriminación, la marginación y la inequidad favoreciendo situaciones de exclusión, violencia, abuso y maltrato.
Esto se observa tanto en el caso de las mujeres con discapacidad como en aquellas que son las cuidadoras principales en los ámbitos familiar, educativo, laboral, de la salud, etc.


       Convención Internacional sobre los Derechos de las personas con discapacidad:

Artículo 5 – Igualdad y No Discriminación

1. Los Estados Partes reconocen que todas las personas son iguales ante la ley y en virtud de ella y que tienen derecho a igual protección legal y a beneficiarse de la ley en igual medida sin discriminación alguna.
2. Los Estados Partes prohibirán toda discriminación por motivos de discapacidad y garantizarán a todas las personas con discapacidad protección legal igual y efectiva contra la discriminación por cualquier motivo.
3. A fin de promover la igualdad y eliminar la discriminación, los Estados Partes adoptarán todas las medidas pertinentes para asegurar la realización de ajustes razonables.
4. No se considerarán discriminatorias, en virtud de la presente Convención, las medidas específicas que sean necesarias para acelerar o lograr la igualdad de hecho de las personas con discapacidad.

¿Qué entendemos por discriminación?

Para el Diccionario de la Real Academia Española, discriminar es “seleccionar excluyendo”. Pero también, “dar trato de inferioridad a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, sociales, de discapacidad, de género,” etc.
Para la CEDAW “la expresión «discriminación contra la mujer» denotará toda distinción, exclusión o restricción basada en el sexo que tenga por objeto o resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por la mujer, independientemente de su estado civil, sobre la base de la igualdad del hombre y la mujer, de los derechos humanos y las libertades fundamentales, en las esferas política, económica, social, cultural y civil o en cualquier otra esfera”.
La Convención Interamericana por los Derechos de las Personas con Discapacidad (1999) aporta elementos que coinciden profundamente con la concepción de la CEDAW cuando define la discriminación como “... toda distinción, exclusión o restricción basada en una discapacidad (...) que tenga el efecto o propósito de impedir o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por parte de las personas con discapacidad, de sus derechos humanos y libertades fundamentales”.
No obstante, en su acepción más coloquial, el término discriminación se refiere al acto de hacer una distinción o segregación que atenta contra la igualdad. Normalmente se utiliza para referirse a la violación de la igualdad de derechos  de las personas por cuestiones sociales, de edad, raciales, religiosas, políticas, de orientación sexual, de discapacidad y/ o por razones de género. (1)
En el caso de las personas con discapacidad, existen diversas formas de discriminación, por ejemplo: cuando se las aísla en sus hogares, en hogares sustitutos o en instituciones, excluyéndolas de la vida cotidiana habitual y comunitaria, impidiéndoles compartir con sus seres queridos y allegados; descuidando el estado de las veredas y calles; diseñando entornos inaccesibles; negándoles la posibilidad de concurrir a escuelas comunes e impedir de esta forma que accedan a un empleo digno, no cumpliendo las normas de tránsito, ignorándolas en las conversaciones, por indicar sólo algunas…
Al privarlas de autonomía y convertirlas en dependientes de otras personas o tecnologías, se les impide una variada riqueza de experiencias, imposibilitándoles que corran riesgos y que sean protagonistas de sus propias vidas y acciones. Estas dificultades se suman a la concepción desvalorizada de las mismas; al considerarlas incapaces de realizar actividades, y negarles u obstaculizarles las posibilidades de disfrutar de iguales oportunidades que las personas sin discapacidad.
Existen grupos minoritarios que no están efectivamente incorporados en la sociedad. Estos grupos están discriminados y se encuentran en una posición de "subordinación perpetua" (expresión tomada de Derecho y grupos desaventajados de Gargarella), lo cual se ve reflejado en la economía (clases menos favorecidas), en la política (estos grupos no tienen representación política) y en la vida social. (2)


Hablemos de discapacidad...

      En el año 2001, la Organización Mundial de la Salud (OMS), junto con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), aprobó la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud, que enfatiza el funcionamiento (factor positivo) y no la discapacidad (factor negativo).
“Se abandona el modelo lineal de interpretación (deficiencia - discapacidad - minusvalía) para pasar a un modelo multifactorial en la relación entre el funcionamiento humano y los estados de salud. Los factores contextuales cobran fuerza (personales y ambientales). El funcionamiento humano es un continuo que no puede ser dividido entre lo que es normal y lo que no lo es. Es importante destacar que los factores ambientales pueden ser considerados como facilitadores o barreras, en función de cómo se relacionen con la realidad funcional de la persona, la realización de una actividad o el desempeño de un rol social. Entre los factores ambientales están el diseño de los entornos, servicios y productos en general, y de tecnologías de apoyo, en particular”. (3)

A partir de aquí, la discapacidad se puede definir como:

“el resultado de la interacción entre una persona que tiene una determinada condición de salud, el contexto ambiental en el que se desenvuelve y las ayudas técnicas y/o tecnológicas a las que tiene acceso”.

La Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con discapacidad, ratificada en mayo de 2008 por Argentina mediante Ley Nacional Nº 26378 establece:

“… la discapacidad es un concepto que evoluciona y que resulta de la interacción entre las personas con deficiencias y las barreras debidas a la actitud y al entorno que evitan su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás…”

Así, en el Artículo 1 – Propósito, considera que:

“… Las personas con discapacidad incluyen a aquellas que tengan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás…”

La discapacidad está condicionada por las posibilidades o los obstáculos que ofrezca el medio ambiente para el desarrollo pleno de las personas. Desde esta perspectiva es la sociedad la que discrimina al “diferente” o a “la diferente”. Como la sociedad no es estática, las concepciones y prácticas cambian cuando la comunidad se compromete para remover las barreras internas y externas: actitudinales, simbólicas, psicológicas, físico-ambientales, etc.

Ante esta definición, cabría reflexionar:
¿Quién es la discapacitada, la persona o la sociedad?

Concluyamos entonces en que es responsabilidad del conjunto evitar la vulneración de derechos y posibilitar la incorporación de las personas con discapacidad en igualdad de condiciones a las de toda la población, potenciando su autonomía y desarrollo integral.

Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con discapacidad

Artículo 6 – Mujer y discapacidad

1. Los Estados Partes reconocen que las mujeres y niñas con discapacidad están sujetas a múltiples formas de discriminación y, a ese respecto, adoptarán medidas para asegurar que puedan disfrutar plenamente y en igualdad de condiciones, de todos los derechos humanos y libertades fundamentales.
2. Los Estados Partes tomarán todas las medidas pertinentes para asegurar el pleno desarrollo, adelanto y potenciación de la mujer, con el propósito de garantizarle el ejercicio y goce de los derechos humanos y las libertades fundamentales establecidos en la presente Convención.


Sexo y Género

El concepto de género nos permitirá la comprensión de la complejidad de este abordaje conjunto. Este refiere también, a una cuestión socio-cultural y se halla estrechamente vinculado con el sexo, su aspecto bio-fisiológico.

¿Qué entendemos por sexo?
Al hablar de sexo nos referimos a las características biológicas que las personas traen al nacer que se manifiestan en la apariencia externa de sus genitales: las mujeres tienen vulva y los varones pene. Esta conformación proviene de la carga genética y hormonal.
El género se diferencia del sexo. Los atributos biológicos se vinculan con el sexo y las características culturales refieren al género. Las sociedades consideran apropiadas a cada sexo ciertas conductas, en un momento histórico determinado. Y, a esas conductas y atributos les asigna valores y jerarquías distintas.
De todos modos, las relaciones entre los géneros varían de unas sociedades a otras y de un tiempo a otro, son históricas y por lo tanto, modificables.
El proceso mediante el cual se asocia a las personas con características, expectativas, roles y oportunidades dependiendo de su sexo, así como el modo en que cada persona estructura su identidad, se llama construcción del género.

Todos los grupos humanos comparten creencias acerca de cómo son las mujeres y cómo los varones. Estas creencias se consideran también mandatos, o sea, indican cómo ser y cómo comportarse.

Además, no sólo existe una tendencia a reaccionar en forma diferente ante una niña o un niño, sino que de esta diferencia –a lo largo de la vida– deriva en relaciones de desigualdad entre ambos.

Hace falta una profunda revisión social y cultural para revalorizar características, ámbitos de desarrollo y trabajos que hacen mujeres y que sostienen el funcionamiento familiar y social.
Que seamos diferentes no significa que unos deban tener más oportunidades que otras:
de la diferencia no se deriva la desigualdad

¿Cómo se afirman las relaciones entre los géneros?

Esta construcción social del género tiene su base en estereotipos y mitos que circulan en la sociedad, atraviesan la cultura y los grupos sociales, en diferentes momentos históricos. Los mitos sumados a los estereotipos dan lugar a prejuicios que derivan en actitudes discriminatorias.

Tanto el género como la discapacidad son conceptos y concepciones construidos socialmente, que varían de una sociedad a otra, según los tiempos históricos.

Cuando se conjugan el género con la discapacidad se hacen visibles los estereotipos y prejuicios comunes a ambos.

¿Qué son los estereotipos?

Los estereotipos son herramientas de conocimiento que nos ayudan a captar, sintéticamente, el mundo y a ponernos en contacto con otras personas. Además, ofrecen un modo socialmente establecido de valorar los actos, los espacios, las personas, etc. Los estereotipos constituyen formas de categorizar al mundo; pasan a ser creencias muy arraigadas, al punto de considerarse “naturales” y “verdaderas”, cuando, en realidad, son producidas por la cultura y pueden variar de una sociedad a otra. Por ejemplo, la expresión: “las mujeres son dulces, sentimentales y sumisas, mientras que los varones son fuertes, activos y racionales”, carga con los estereotipos mencionados. Así, también, ... “las personas con síndrome de Down son cariñosas” y... “todas las mujeres con discapacidad se convierten en una carga para sus familias”. 

¿Cómo operan los estereotipos?

Generalizan algunas características (“las mujeres son dulces, obedientes…” y “los varones son fuertes, dominantes, .....”) y suprimen otras (porque existen mujeres que “no son dulces ni obedientes ....”, o tienen otras formas de ser....; y sucede lo mismo con la caracterización de los varones), haciendo creer que lo afirmado constituye el modelo ideal a alcanzar o copiar.
Los estereotipos son representaciones simplificadas, descripciones parciales; son fórmulas-receta (4). La transformación de los mismos requiere profundos y sostenidos cambios en el sistema de valores y de representaciones sociales. Es común escuchar la expresión: “Están enfermas, pobrecitas, y merecen compasión”, cuando la gente se refiere a las personas con discapacidad.

¿Qué son los prejuicios?

Son una evaluación de las personas, una idea preconcebida que se tiene acerca de los otros o las otras, producto de estereotipos y creencias que circulan en una sociedad. Pueden ser positivos o negativos. Reflejan la sumatoria de significaciones en un entorno complejo y en incesante cambio. Son prejuicios, por ejemplo, considerar que todas las mujeres son honestas y pacíficas; que las mujeres bellas no son inteligentes; que las mujeres con discapacidad son sexualmente pasivas, que no sienten deseo sexual ni pueden ser madres.

Mitos

Tanto estereotipos como prejuicios se asientan en mitos circulantes en la imaginación colectiva.
Son construcciones narrativas, relatos transmitidos a través de los años y aceptados por la mayor parte de una comunidad. Los innumerables mitos que atraviesan la vida y el pensamiento de las personas son una creación cultural. Se presentan como configuradores de valores e imponen un modelo dado. Se va conformando, de este modo, un sistema de creencias y valores que se expresa en pensamientos y conductas.
Si acudimos a las fuentes etimológicas, la palabra mito deriva del griego y significa “fábula o leyenda”; lo cual implica que es un relato que necesita de una interpretación que devele el simbolismo oculto en una primera instancia y, aunque están relacionados con realidades sociales, no son la causa de éstas.
Un ejemplo de cómo se construye un mito a partir de hechos reales históricos y que, una vez aceptado, trasciende el tiempo hasta la actualidad está constituido por la afirmación machista: “las mujeres son unas «brujas»”, queriendo significar con esto que nada de lo que hacen o piensan las mujeres es previsible o racional y/o que están descontroladas.
La base de la misoginia expresada en esta concepción puede encontrarse en Europa, en el siglo XVI, época en que se lleva adelante la persecución y muerte de mujeres acusadas de brujería al estar liberadas del control marital y obligadas a vivir solas. Esta situación contribuyó al empobrecimiento y marginación femeninos, pero también al ejercicio de su propio poder y autonomía. (5)

¿Qué diferencia existe entre estereotipo y mito?

El estereotipo es como una imagen estática o fotografía, mientras que el mito desarrolla, pretende explicar o dar fundamento a una creencia generalizada. Ejemplo de estereotipo: el hombre es la mayor autoridad de la casa. Un mito, en cambio, es un relato que da explicación a prácticas desarrolladas en un momento histórico determinado. Por ejemplo, considerar que los varones son fuertes tiene su origen en los cazadores de la antigüedad, obligados por la distribución de roles y la separación sexual del trabajo, a salir a cazar y tener que enfrentar animales y situaciones de riesgo que requerían fuerza física y destreza en el manejo de armas.

Existen factores culturales, como los mitos y estereotipos, que facilitan el seguimiento de la discriminación y que desembocan en la exclusión o restricción del disfrute de oportunidades igualitarias y equitativas.
La segregación y exclusión, por razones de género y de discapacidad, es un quebrantamiento de los Derechos Humanos.


Resumiendo, partimos del planteo de abordar en forma conjunta el género y la discapacidad como factores que comparten y aumentan la discriminación.
Y en esta doble articulación de “lo que es ser mujer y tener discapacidad”, las desigualdades se potencian, casi tanto como la discriminación y la violencia a las que son sometidas las mujeres.
Los diferentes roles sociales en función del género ponen a las mujeres con discapacidad en el umbral de la exclusión social por dos causas:

--     o bien se las invisibiliza
--     o se las considera personas incapaces y no eficientes.

Estos prejuicios sociales generan en ellas, además, una autopercepción negativa y victimista y, por lo tanto, una mayor reclusión en el hogar, asumiendo las responsabilidades familiares sin el reconocimiento social correspondiente.

En este sentido, el concepto de género -noción incluyente que esclarece las relaciones entre varones y mujeres-, asociada a la noción de discapacidad permite encarar la temática con mayor claridad y contribuye a develar mitos y a eliminar estereotipos y prejuicios.

Por ejemplo, es una creencia generalizada que las mujeres con discapacidad:

--     son feas (haciendo uso de un modelo de belleza estrecho y excluyente);
--     son "niñas eternas" y, por lo tanto, no alcanzan madurez afectiva ni intelectual;
--     son asexuadas;
--     no pueden enamorarse, formar familias ni ser madres.

Estos prejuicios las privan de sus derechos como por ejemplo, la libertad de formar una familia, de disfrutar de la maternidad, de ser protagonistas de sus propias vidas y por lo tanto, tener acceso a los métodos de planificación familiar, así como a la información sobre el funcionamiento de sus cuerpos.

Esto requiere que:
-   tanto en los centros de salud como en los educativos estén disponibles materiales adecuados que sean accesibles a todas las personas: folletos escritos en papel, en sistema braille, letra grande, contraste, formato electrónico, textos alternativos en logos e imágenes, lengua de señas, audio, formatos fáciles de leer y entender, etc. Y que todos estos sitios estén dotados de accesibilidad arquitectónica, tanto en los edificios donde funcionan como en, (a modo de enunciado, como "piso" y no como "techo") camillas ginecológicas y comunes, sillones para odontología y otros elementos, de manera tal que faciliten el ingreso, desplazamiento y atención medica y no la obstaculicen.

  -   en cuanto al ámbito familiar, es necesario fomentar actividades de apoyo a madres y padres con hijos e hijas con y sin discapacidad y promover que compartan las responsabilidades de crianza y desarrollen tareas domésticas. Educar de manera tal que los niños y niñas conozcan, respeten, difundan y hagan conocer los derechos de las personas con discapacidad, en un marco de solidaridad, afinidad y respeto por ellos y por ellas.

El analfabetismo, la precariedad laboral, la falta de empleo remunerado y la marginación, en una palabra, la inequidad crean condiciones favorables para que hagan su aparición el maltrato y los abusos.

Por otro lado, si bien los estereotipos y prejuicios crean barreras actitudinales (propias y ajenas), sociales y simbólicas sobre las que se asienta la discriminación más visible, también existen otros tipos de obstáculos que se interponen en el logro de los objetivos antes mencionados.
Estos obstáculos están constituidos por las barreras del entorno: del transporte público, arquitectónicas y edilicias, comunicacionales y actitudinales, falta de ayudas técnicas y de tecnologías de apoyo que faciliten la adquisición de conocimientos, educación formal, habilidades laborales, interacción social, y que son las que impiden el desarrollo de la vida cotidiana y la concreción de proyectos individuales y colectivos.

Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con discapacidad.

Artículo 9 - Accesibilidad
1. A fin de que las personas con discapacidad puedan vivir en forma independiente y participar plenamente en todos los aspectos de la vida, los Estados Partes adoptarán medidas pertinentes para asegurar el acceso de las personas con discapacidad, en igualdad de condiciones con las demás, al entorno físico, el transporte, la información y las comunicaciones, incluidos los sistemas y las tecnologías de la información y las comunicaciones, y a otros servicios e instalaciones abiertos al público o de uso público, tanto en zonas urbanas como rurales. Estas medidas, que incluirán la identificación y eliminación de obstáculos y barreras de acceso, se aplicarán, entre otras cosas, a:
a) Los edificios, las vías públicas, el transporte y otras instalaciones exteriores e interiores como escuelas, viviendas, instalaciones médicas y lugares de trabajo;
b) Los servicios de información, comunicaciones y de otro tipo, incluidos los servicios electrónicos y de emergencia.
2. Los Estados Partes también adoptarán las medidas pertinentes para:
a) Desarrollar, promulgar y supervisar la aplicación de normas mínimas y directrices sobre la accesibilidad de las instalaciones y los servicios abiertos al público o de uso público;
b) Asegurar que las entidades privadas que proporcionan instalaciones y servicios abiertos al público o de uso público tengan en cuenta todos los aspectos de su accesibilidad para las personas con discapacidad;
c) Ofrecer formación a todas las personas involucradas en los problemas de accesibilidad a que se enfrentan las personas con discapacidad;
d) Dotar a los edificios y otras instalaciones abiertas al público de señalización en Braille y en formatos de fácil lectura y comprensión;
e) Ofrecer formas de asistencia humana o animal e intermediarios, incluidos guías, lectores e intérpretes profesionales de la lengua de señas, para facilitar el acceso a edificios y otras instalaciones abiertas al público;
f) Promover otras formas adecuadas de asistencia y apoyo a las personas con discapacidad para asegurar su acceso a la información;
g) Promover el acceso de las personas con discapacidad a los nuevos sistemas y tecnologías de la información y las comunicaciones, incluida Internet; h) Promover el diseño, el desarrollo, la producción y la distribución de sistemas y tecnologías de la información y las comunicaciones accesibles en una etapa temprana, a fin de que estos sistemas y tecnologías sean accesibles al menor costo.

Hablemos de accesibilidad…

Si partimos de una nueva concepción y lo que se define como “discapacidad” de una persona resulta de la interacción entre la persona y el ambiente en el que vive y le sumamos una visión transformadora de lo que constituye las posibilidades de vida con autonomía, participación, igualdad fundada en el desarrollo de las capacidades (6), surge el concepto de accesibilidad.
La accesibilidad es la posibilidad de que las personas con discapacidad permanente o con circunstancias discapacitantes cuenten con las adecuadas condiciones de seguridad y autonomía para el desarrollo de sus actividades en edificios y en ámbitos urbanos, y al utilizar los medios de transporte y sistemas de comunicación. (7)
Es preciso también observar que la accesibilidad tiene un componente que implica lo actitudinal y lo conductual, el “cómo” la gente se relaciona y comunica con las personas que no tienen o no cumplen  con lo que, en su imaginario, suponen o aceptan como “normal” o como “natural”.
Se puede afirmar que la discapacidad forma un “halo negativo” que envuelve a la persona que la posee y que contribuye a que las demás se comporten de manera diferente o bien a que la ignoren, por que este “halo” perturba de alguna manera, ya que conjuga los miedos más ocultos y revela la negación de los seres humanos a reconocerse como pasibles de enfermedad, de dolor y de transitoriedad por este mundo que es lo que, en definitiva, presuponen inconscientemente cuando ven y/o se relacionan con una persona con discapacidad.
Sin embargo, es posible contribuir a erradicar este tipo de conductas, partiendo de un modelo en el cuál la discapacidad no es interna, no es de la persona, como se viene desarrollando y analizando en este trabajo, sino que es externa, que está fuera de la persona y es la sociedad la discapacitada, la que discrimina y establece qué es “lo normal” y qué es lo “no normal”, basándose en un sistema de normas y conductas que se instauraron en el siglo XIX y que, inexplicablemente, (o no tanto) permanecen aún en el siglo XXI. Sistema de normas y conductas que fue creado por hombres (de sexo masculino), europeos, blancos, de mediana edad y sin discapacidades.
Por lo tanto, la accesibilidad actitudinal (o conductual), el buen trato sin diferencias, el comportamiento espontáneo y natural hacia las personas con discapacidad son condiciones indispensables para lograr la inclusión en igualdad y con equidad (8)

FALTA ACÁ INCLUIR EL CONCEPTO DE CLAUDIO BERNARDELLI SOBRE ACCESIBILIDAD

Y recordemos que...

Es necesario, en este punto, la inclusión de la perspectiva de género en la estrategia de concientización y formación en accesibilidad universal y diseño para todos y todas: accesibilidad de entornos, productos y servicios en general y de tecnologías de apoyo, en particular, con perspectiva de género


Modelo de interpretación de la discapacidad

Así como se entiende al género como una construcción socio - cultural fundada en las diferencias de sexo y en las relaciones asimétricas entre varones y mujeres, el enfoque de la discapacidad dominante aún hoy en nuestra sociedad, es producto de una elaboración social acerca “de lo que no se tiene” o “de lo que necesita ser reparado o curado” y considera a las personas con discapacidad como enfermas, dependientes y por lo tanto, las subestima y subvalora.
Nos proponemos aplicar en este trabajo un nuevo paradigma, que sustituya este enfoque por una visión social, integral e inclusiva.



El enfoque de la discapacidad desde una perspectiva social implica la responsabilidad del conjunto para evitar la vulneración de los derechos y promover la inclusión de las mujeres con discapacidad en igualdad de condiciones a las de toda la población.
  

El nuevo paradigma promueve el protagonismo y la autonomía, potencia las capacidades personales y colectivas y se propone eliminar todas las barreras que impiden el acceso, el goce y la equiparación de las oportunidades, en una palabra, la igualdad en las distintas esferas de la vida privada y pública.

Modos de relación: sobreprotección versus apoyos

Podemos decir que las concepciones acerca de la discapacidad condicionan las formas de trato y relación hacia las personas.

Desde un modelo que postula

“persona con discapacidad = persona que no puede”

se establece un trato que implica la subordinación de la persona, conductas pasivas, exceso de cuidados y temores, generalmente, en el marco del afecto y la preocupación de la familia, cuidadoras y cuidadores, educadoras y educadores, etc. Estamos aquí ante un modo de relación que se denomina sobreprotección.

¿Qué es sobreprotección?


Es frecuente que integrantes de la familia, en su afán de cuidar, proteger y prevenir dificultades de los hijos e hijas que tienen discapacidades extremen sus conductas protectoras, provocando disminución de la autoestima y de la autonomía. Pero no sólo los familiares sobreprotegen a sus hijas e hijos con discapacidad: la sociedad en su conjunto, también puede asumir conductas similares cuando adopta conductas paternalistas y/o asistencialistas negando la posibilidad de participar en la toma de decisiones relativas tanto a la satisfacción de sus necesidades prácticas como a la de los intereses estratégicos. (9)

Mientras que, desde un nuevo modelo de relación en igualdad y con equidad, se promueve la autonomía de las personas –de acuerdo con sus posibilidades– a partir de brindar los apoyos necesarios para que sean protagonistas de sus propias vidas, asuman riesgos y sean responsables de sus acciones.

¿A qué nos referimos con la noción de “apoyos”?

Apoyos son todos los recursos y estrategias que estimulan los intereses y el logro de los objetivos propuestos. Para ello se requiere un análisis, a fin de poder adecuar el entorno ambiental a las necesidades de las personas.
Esta nueva mirada sobre las personas con discapacidad y su medio ambiente enlaza las capacidades y limitaciones de las personas y del grupo con el que convive, para alcanzar un resultado libremente elegido que satisfaga el interés, el respeto por su independencia y el protagonismo.
Los apoyos pueden variar en intensidad y duración, en función de las personas, situaciones y momentos vitales. Pueden ser necesarios en distintos espacios y aspectos de la vida: hogar, educación, trabajo, comunidad, salud, veredas y calles, espacios públicos, centros recreativos, entre otros.

Incluyen:
--     la capacitación a todas las personas, para acceder a recursos, información y relaciones, en entornos de trabajo –remunerado y no remunerado– y de la vida doméstica;
--     el favorecer la interacción social;
--     el incremento de la autonomía, productividad, integración en la comunidad y satisfacción personal;
--     la eliminación de barreras.
Modos de apoyo:
--     de amistad - de ayuda en el hogar;
--     ayuda económica - acceso y utilización de tecnologías;
--     adecuación del entorno ambiental y de la comunidad.
Fuentes de los recursos
--     las propias habilidades, competencias e información;
--     otras personas: familia, amistades, compañeros y compañeras, para actividades de formación, preparación de alimentos, cuidado del hogar, etc.
--     servicios: arquitectónicos, educativos, transporte, salud, comunicación, etc.
--     tecnologías: ayudas técnicas, informáticas y comunicacionales, de acceso al entorno ambiental, visual, modificaciones vehiculares, así como también las conductas y el trato hacia y con las personas con discapacidad, etc.

Igualdad de oportunidades, una cuestión de derechos...

Las personas necesitan una serie de competencias para participar en la sociedad actual y estas deben ser desarrolladas mediante una formación educativa de calidad y en forma continua, a lo largo de toda la vida.
Se debe disponer de mayor conocimiento sobre la posición de la mujer con discapacidad en la sociedad de la información y del conocimiento, para así constituir redes de encuentro e intercambio de experiencias que promuevan su inserción efectiva en todos los ámbitos, muy especialmente en los ámbitos educativos y laborales.
Las bases de construcción de la autonomía de todas las personas dependen de las ayudas técnicas a las que tiene acceso, de rehabilitación psicológica, de apoyo a la propia estima, de creación de hábitos laborales, del acompañamiento y apoyo por parte de personas adecuadamente capacitadas y /o familiares.


Según el Censo del año 2010 en Argentina, la cifra de personas que tienen discapacidad  es de 3,2 millones de personas. La discapacidad afecta a un 12,9 por ciento de la población.
Un dato que llama la atención es la prevalencia de la discapacidad en la mujer. A nivel nacional, el 11,7 por ciento de los varones tiene alguna dificultad o limitación permanente mientras que la cifra asciende a 14 entre las mujeres.


La Comisión Nacional Asesora para las Personas con discapacidad mediante la sensibilización, la capacitación, la difusión de información y la asistencia técnica a los diferentes actores y actoras sociales locales y regionales, se propone favorecer el cumplimiento del Artículo 6 de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con discapacidad - Ley Nacional 26378 (CDPD) impulsando acciones que promuevan la incorporación de las mujeres con discapacidad a todas las esferas del quehacer económico, social, político y cultural del país, en igualdad de condiciones que los varones con y sin discapacidad y que las mujeres sin discapacidad. l

La discapacidad, el género y las leyes con el devenir de los años

1926.   Se deja de considerar a las mujeres menores de edad: trabajan sin pedir permiso, compran y venden.
1947.   Con Eva Perón, ley de voto femenino. Se puede votar y ser elegidas. Protección de las trabajadoras domésticas.
1973.   Ley Nº 20.475 – Otorgamiento del beneficio de Jubilación a las personas con discapacidad.
1981.   Ley Nº 22.431- Sistema de protección integral de las personas discapacitadas, tendiente a asegurar a éstas su atención médica, educación y seguridad social. Concede también beneficios impositivos a los empleadores de personas con discapacidad.
1985.   Patria potestad para las mujeres.
1987.   Igualdad de los cónyuges en el matrimonio y después de su disolución. Divorcio vincular.
1991.   Ley de Cupo Femenino: más mujeres en la Cámara de Diputados.
1991.   Ley Nº 24.013. Ley Nacional de empleo, contratación de personas con discapacidad en igualdad de condiciones. Beneficios impositivos para quienes las emplean.
1992.   Se crea el Consejo Nacional de la Mujer.
1993.   Se castiga el acoso sexual en la Administración Pública Nacional.
1993.   Ley Nº 24.308. Concesión para explotar pequeños negocios en edificios públicos, a personas con discapacidad.
1993.   Ley Nº 24.204. Las empresas telefónicas deberán proveer un servicio de telefonía pública para las personas hipoacúsicas o con impedimento del habla.
1994.   Ley N°24.417 Protección Contra la Violencia Familiar.
1994.   Se incorpora la CEDAW a la Constitución Nacional
1994.   Constitución Nacional, art. 75, inc. 23, “al Congreso… que garanticen la igualdad real de oportunidades y de trato…en particular respecto de los niños, niñas, mujeres, ancianos, ancianas y personas con discapacidad”.
1994.   Ley Nº 24.421. Las empresas telefónicas deberán proveer un servicio de telefonía domiciliaria para personas hipoacúsicas.
1994.   Ley Nº 24.314 . Supresión de todas las barreras arquitectónicas que dificultan la accesibilidad a las personas con discapacidad.
1995.   IV Conferencia Mundial de la Mujer – Beijing, China.
1996.   Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer “Convención de Belem do Pará”. Ley Nº 24.632
1996.   Ley Nº 24.716. Licencia especial (6 meses) por el nacimiento de un hijo con Síndrome de Down.
1997.   Derecho a jubilarse para las amas de casa.
1997.   Ley 24901. Prestaciones Básicas. Obligaciones de la Obras Sociales y de los Servicios de Salud a brindar cobertura total. Apoyo a la Habilitación y Rehabilitación.
1997.   Resolución 1388. Exime del pago de tributos que gravan la importación de mercaderías destinadas a la rehabilitación, tratamiento y capacitación de las personas con discapacidad.
1999.   Sanción de los delitos contra la integridad sexual.
2001.   Examen de HIV gratuito para todas las embarazadas. Ley N° 25.543.
2001.   Ley Nº 25.415. Programa Nacional de detección temprana de la hipoacusia.
2002.   Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable.
2002.   Ratificación de la Convención contra la Delincuencia Organizada Transnacional y del Protocolo contra la Trata de Personas.
2002.   Ley de Cupo Sindical. Ley N° 25.674.
2002.   Ley Nº 25.573. “El estado… deberá garantizar asimismo la accesibilidad al medio físico, servicios de interpretación y los apoyos técnicos necesarios y suficientes, para las personas con discapacidad”.
2003.   Argentina asume los Objetivos de Desarrollo del Milenio de Naciones Unidas (ODM).
2003.   Ley Nº 25.689. Modificación de la Ley N° 22.431, obliga a los tres poderes del Estado a que cumplan con el cupo del 4% de empleo a personas con discapacidad.
2003.   Ley Nº 25.730. Ley de Cheques. Destina fondos para programas y proyectos a favor de las personas con discapacidad.
2003.   Ley Nº 25.785. Acceso de las personas con discapacidad a una proporción no inferior del 4% de los programas sociolaborales que se financien con fondos del Estado Nacional.
2004.   Se integran mujeres en la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
2004.   Ley N° 25.929 - Derechos de madres, padres e hijos/as (“parto humanizado”).
2005.   Por primera vez, mujeres en dos Ministerios históricamente a cargo de varones: Economía y Defensa. Alcanza a tres el número de Ministras en el Gabinete Nacional.
2006.   Ley N° 26.150 - Ley de Educación Sexual Integral.
2006.   Ley 26.130 - Régimen para las Intervenciones de Contracepción Quirúrgica, Ligadura de Trompas y Vasectomía.
2006.   Aprobación del Protocolo Facultativo de la CEDAW por el Congreso Nacional.
2007.   Argentina firma la Convención Internacional sobre los Derechos de las personas con discapacidad. Su articulado legaliza el modelo social de la discapacidad y visibiliza a las personas con discapacidad en los tratados internacionales.
2008. Argentina ratifica la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con discapacidad.

2010.                Se sanciona la Ley de matrimonio igualitario mediante la cual se legaliza el casamiento entre personas del mismo sexo y establece que los integrantes de las familias cuyo origen sea un matrimonio constituido por dos personas del mismo sexo, así como un matrimonio constituido por dos personas de distinto sexo, tienen los mismos derechos y obligaciones.
2012.      Ley de identidad de género, por la cual toda persona puede solicitar la rectificación registral del sexo, y el cambio de nombre de pila e imagen, cuando no coincidan con su identidad de género autopercibida.
2012.       Se aprueba la Reforma a la Ley contra la Trata de personas que impedirá que este delito sea excarcelable, al tiempo que permitirá que los proxenetas sean castigados aun cuando la víctima de la trata haya dado su presunto consentimiento. 

Anexo I
Actividades

Actividad Nº 1: Situaciones cotidianas

--   Objetivo: Analizar los casos presentados a fin visualizar las concepciones que sustentan cada modelo de relación.

--   Conceptos a trabajar: modos de relación; modelos de interpretación; estereotipos y prejuicios.

--    Orientaciones para el trabajo grupal:
--          Seguir las consignas de cada situación planteada
--          Puesta en común de las conclusiones de cada grupo


»  Caso 1: En una Clínica

Personajes:
Susana: mujer de 27 años que utiliza silla de ruedas para movilizarse debido a la lesión medular que le ha quedado como consecuencia de un accidente
Enfermera: mujer de más de cincuenta años.
Empleada administrativa.

El esposo de Susana la ha dejado en la clínica muy temprano esa mañana. Él siguió viaje con el automóvil de ambos en dirección a su trabajo. Ella tiene que hacerse atender por el urólogo, una vez por mes debido a las infecciones urinarias que la aquejan recurrentemente. Se dirige a la mesa de entradas y entabla diálogo con la secretaria que está ubicada detrás de una ventanilla que se encuentra a más de un metro veinte del suelo. Luego de una breve conversación a gritos, en la que Susana pone toda su atención para escuchar lo que la empleada administrativa le indica, se retira de ese sitio haciendo rodar su silla manualmente y se ubica en el pasillo, tratando de dejar suficiente espacio para que las demás personas circulen sin inconvenientes.
Saca un libro de su mochila y se dispone a leerlo, cuando llega hasta ella una enfermera, canosa y delgada que, sin saludarla, ni hablarle ni pedirle permiso, toma las manijas que la silla de ruedas tiene detrás del respaldo y la lleva hacia un extremo del concurrido pasillo.
Susana se enfada con la enfermera y la increpa duramente. La enfermera protesta y luego se aleja, no sin antes murmurar, en un tono bastante alto, con la intención de que Susana la escuche: “Con razón estás así”.

Consignas de trabajo:
1.       Leer atentamente el caso.
2.   ¿Cómo es la comunicación oral que se establece entre Susana y la empleada administrativa de la clínica?
3.     ¿Qué revela la conducta de la enfermera para con Susana? ¿Por qué Susana se enoja con ella?
Debatir grupalmente el caso planteado.
4.       Cotejar con qué modelo se relaciona la situación descrita. ¿Por qué?
5.       Consignar 2 ó 3 características del modelo
que representa y que se evidencian claramente en el texto.

»  Caso 2: Taxistas

Personajes:
Gladis: persona que utiliza bastones canadienses para desplazarse. Tiene aproximadamente cuarenta años. Es psicóloga y trabaja en un municipio del Gran Buenos Aires.
Taxista.

Todas las mañanas Gladis llama a la remisería y pide que le envíen un taxi para viajar hasta su lugar de trabajo. El taxista no siempre es el mismo, sin embargo es común el siguiente trato:
Cuando Gladis abre la puerta para ingresar al automóvil y saluda, él, con un aire satisfecho y tomando el volante con sus dos manos responde exclamando: –Buenos días, “chiquita”.
Gladis trata de acomodarse de la mejor manera posible, sin pedir ayuda, pero no lo logra, pues carece de fuerzas en una de sus piernas y no puede levantarla lo suficiente como para introducirla en el automóvil. Le pide al taxista que, por favor, se baje del coche y tome la pierna y la ayude a entrar completamente al automóvil. El hombre baja, exclamando: -Pero, “mi querida”, me lo hubieras dicho antes-.
Gladis no responde. Durante el viaje ninguno de los dos habla. El silencio se rompe al llegar a destino, ya que Gladis le solicita que la ayude a bajarse. Él desciende y le proporciona la ayuda pedida, ella le da las gracias, se despide y él, mientras cierra la puerta, dice casi gritando: –Que te vaya bien, “mi amor”, nos vemos mañana.

Consignas de trabajo:
1.       Leer atentamente el caso.
2.       ¿Cuál es la relación del taxista con Gladis?
3.       ¿Qué denota el lenguaje utilizado por el taxista?
4.       Debatir grupalmente el caso planteado.
5.       Cotejar con qué modelo se relaciona la situación descrita. ¿Por qué?
6.       Consignar 2 ó 3 características del modelo
que representa y que se evidencia claramente en el texto.
  
»  Caso 3: En el supermercado

Personajes:
Marisa: mujer de más de treinta años; se desplaza en silla de ruedas.
Claudia: hermana de Marisa.
Cajera.

Este es un domingo como tantos otros en la ciudad de Buenos Aires. Marisa y su hermana se dirigen al supermercado para comprar la mercadería que utilizarán durante la próxima semana.
Luego de recorrer juntas los pasillos y las góndolas y seleccionar los productos que adquirirán van hasta la única caja en la que tienen prioridad de atención las personas con discapacidad y las mujeres embarazadas. Una de ellas insiste en cederle el lugar a Marisa, pero ésta le responde que no es necesario ya que puede esperar el turno que le corresponde.
Momentos más tarde, Claudia apoya uno por uno los artículos que van a llevar en la bandeja de la caja. La cajera saluda a Claudia e ignora a Marisa. Seguidamente le pregunta si va a abonar en efectivo o con tarjeta. Claudia no responde. En su lugar, lo hace Marisa diciendo que en efectivo. La cajera apunta todos los artículos, realiza la suma y –otra vez dirigiéndose a Claudia dice: –Son ciento cincuenta y cinco pesos. Claudia mira a Marisa, que saca dos billetes de cien pesos y se los entrega a la cajera. Ésta toma cuarenta y cinco pesos y le da el vuelto a Claudia junto con el ticket de la compra.
Marisa y Claudia se retiran del lugar indignadas por la situación.

Consignas de trabajo:
1.       Leer atentamente el caso.
2.       ¿A quién se dirige la cajera?
3.       ¿Por qué se indignan Marisa y Claudia?
4.       Debatir grupalmente el caso planteado.
5.       Cotejar con qué modelo se relaciona la situación descrita. ¿Por qué?
6.       Consignar 2 ó 3 características del modelo
que representa y que se evidencian claramente en el texto.
  
»  Caso 4: Estaba atenta

Personajes:
María: persona con discapacidad motora, abogada, trabaja en un organismo del Estado.
Madre de María.
Odontóloga.

Durante una reunión con amigas, María recordaba una visita que, en compañía de su madre, había efectuado por primera vez a una dentista.
Mientras le practicaba la revisación de rutina, la dentista dirigiéndose exclusivamente a la madre de María, le informa los distintos tratamientos que deberían efectuar en la dentadura de su hija.
Cuando María pudo hablar una vez finalizada la revisación, hizo un comentario respecto de aquello que había escuchado sobre el posible tratamiento. La dentista se sorprendió al escucharla y se dirigió a la madre exclamando: –¡qué atenta está!, a lo cual Maria le respondió que el tratamiento lo realizaría en su boca y no en la de su madre, razón por la cual debía dirigirse a ella, cuando informaba en qué consistía el mismo.

Consignas de trabajo:
1.       Leer atentamente el caso.
2.       ¿A quién le habla la dentista y por qué?
3.       ¿A qué se debe la sorpresa de la dentista cuando María la increpa?
4.       Debatir grupalmente el caso planteado.
5.       Cotejar con qué modelo se relaciona
la situación descrita. ¿Por qué?
6.       Consignar 2 ó 3 características del modelo
que representa y que se evidencian claramente en el texto.

Caso 5: De paseo por la plaza

Personajes:
Joana: mujer ciega de veinte años
Dos muchachos desconocidos de Joana, amigos entre ellos.

Joana es una joven mujer, elegante y bonita. Es un radiante día de enero y sale a dar una vuelta sola, con su bastón blanco por el barrio en el que reside desde hace muy poco tiempo. Pasa por una plaza donde están sentados dos amigos conversando entre ellos. Ella los percibe por sus risas y conversación, más no los distingue. Cuando está cerca, uno de ellos le dice una frase muy hermosa, halagándola. El otro muchacho en tono de reproche, le dice a su amigo: “che, es ciega”

Consignas de trabajo:
Leer atentamente el caso
1.     ¿Qué recibe Joana de parte de uno de los muchachos?
2.     ¿Qué le dice el amigo de éste, en tono de reproche?
     4.  Debatir grupalmente el caso planteado.
     5.  Cotejar con qué modelo se relaciona
la situación descrita. ¿Por qué?
6.       Consignar 2 ó 3 características del modelo
que representa y que se evidencian claramente en el texto.

Caso 6: Dulce espera

Personajes:
Carolina: mujer ciega de treinta años
Señora de cincuenta años que viaja ocasionalmente junto a ella en el colectivo

Carolina sube al transporte colectivo de pasajeros con bastante dificultad debido a su embarazo, con la ayuda del bastón blanco que la ubica espacialmente y las indicaciones de un transeúnte que le explica donde se puede sentar una vez que está dentro del coche.
Una señora que ocupa uno de las butacas reservadas para personas con discapacidad nota que Carolina entra al coche, por lo que se corre y le deja espacio para que se ubique de manera cómoda al lado de ella.
Una vez que se encuentran una sentada al lado de la otra, la señora se dirige de manera  confidencial a Carolina diciéndole en voz bastante alta: “¿Nena, quién te hizo esto?” en obvia alusión al abultado abdomen de Carolina debido al embarazo.

Consignas de trabajo:
Leer atentamente el caso
1. ¿Cómo sube Carolina al transporte colectivo de pasajeros?
2.  ¿Qué le pregunta la señora, ocasional acompañante en el viaje, a Carolina?
     4.  Debatir grupalmente el caso planteado.
     5.  Cotejar con qué modelo se relaciona
la situación descrita. ¿Por qué?
     6. Consignar 2 ó 3 características del modelo que representa y que se evidencian claramente en el texto.


Actividad Nº 2:  ¿Autónomas o dependientes?

--   Objetivo: Elaborar propuestas de acción que promuevan la igualdad, autonomía y el reconocimiento de las mujeres con discapacidad, en diferentes ámbitos de interacción.

--   Conceptos a trabajar: género, apoyo/sobreprotección, barreras internas y externas, autonomía, vida independiente, discriminación y violencia.

--   Metodología: trabajo grupal.

--   Consigna: A partir del modelo social de la discapacidad y de las diferencias de género:
*          Debatir los distintos modos de proteger a las personas con discapacidad y proponer ejemplos en donde estos sean transformados en apoyos y ayudas para favorecer la vida independiente.

*           Localizar los ámbitos en que se dan acciones de protección, de apoyo y/o  de ayudas: educativo, sanitario, medios de difusión, trabajo, legislativo, doméstico-familia, recreativo, deportivo, turístico, político, cultural, etc.


Anexo II
Un poco de historia…

Es necesario conocer cómo las sociedades, históricamente, se han posicionado frente a la diferencia y a la discapacidad, para visualizar la permanencia de creencias y mitos que aún hoy producen sus efectos.
Estos mitos pueden resumirse en las siguientes concepciones.
En algunas sociedades antiguas se establece una analogía entre el tratamiento que se da a la lepra, como encarnación del mal y la discapacidad.
En Oriente, los niños con características diferentes de los parámetros vigentes en la época acerca de la “normalidad”, eran abandonados en la selva o arrojados al Ganges.
En el antiguo Egipto, llegaban a divinizar a los “malformados” considerándolos capaces de conjurar futuras desgracias, en tanto ellos mismos eran depositarios de los castigos divinos.
En Esparta al considerar a los niños propiedad del estado y de acuerdo con las leyes de Licurgo, se establecía el exterminio del que “sufriera una deformidad o una incapacidad” manifiesta, a fin de concretar el ideal de perfección de la población al servicio del Estado guerrero.
En la Grecia de Platón, los individuos con menor valía (esclavos, campesinos y mujeres) y con “malformaciones” debían ser ocultados en un lugar secreto (segregación).
En Roma, se establecen los institutos de la curatela y tutela pero se obliga al pater familiae a hacer desaparecer a los “malformados”; el castigo no termina allí, sino que se hace extensivo a la madre del niño que podía ser sometida a muerte o sufrir un acto de purificación. Durante la decadencia del Imperio romano, se utilizó a las personas con algún tipo de discapacidad como medios de entretenimiento de las clases poderosas como bufones en ferias y fiestas, o como pordioseros.
En la Edad Media se los suponía portadores de características demoníacas que hacía necesario apartarlos de la sociedad, someterlos a prácticas exorcistas y/o matarlos. Estos actos se alternan con conductas de piedad y protección en tanto se les atribuye ser portadores de facultades sobrenaturales: así nació el “idiota de la aldea”.
Hasta finales de la Edad Media se organizó un sistema de lugares y ritos destinados no a suprimir la enfermedad a través de prácticas médicas sistematizadas, sino a mantenerla a “una distancia sagrada”, como enuncia M. Foucault: el sistema de exclusión y control.
El siglo XVII produce una innovación al crear lugares de encierro institucionales, Hospitales Generales, estructura semijurídica carente de fines médicos. En París, Francia, los pobres válidos o inválidos, enfermos o convalescientes, curables o incurables son confinados en éstos con el objetivo de vigilar y mantener el orden social general. La finalidad es controlar el desorden generado por la mendicidad y la ociosidad. Supone una segregación y no un aislamiento con fines terapéuticos.
En el siglo XVIII-XIX se inicia la institucionalización de quienes tienen una discapacidad psíquica: es la búsqueda de protección de los individuos “normales” de los “no normales”. Esta situación se continúa hasta el siglo XX, en que el nacionalsocialismo nazi los toma como uno de los sujetos de aniquilación.
En definitiva, la metodología de castigo de la discapacidad a lo largo de la historia, se valió de las prácticas de exclusión, ocultamiento, abandono, comercio y muerte.
Toda sociedad, según Foucault, se constituye como tal construyendo a un “Otro” que será excluido por ser diferente. 
El trato y la posición que se le asignará estará concebida en términos de desigualdad: ser diferente es estar en una posición inferior al que define la relación. Debe quedar claro, que la diferencia no involucra necesariamente la desigualdad, cuestión que hace visible el poder que ejerce un grupo sobre otro.




FUENTES Consultadas y Citadas



(2)  Laura C. Pautassi: “Mujer y desarrollo”, El cuidado como cuestión social desde un enfoque de derechos. CEPAL. Naciones Unidas.

(3) Lloria, Mariano. Revista “Minusval”, IMSERSO (Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, España) y Asociación Valenciana de Ayuda a la Parálisis Cerebral, 2006

(4)   García de la Cruz, Juan José y Zarco, Juan. “El espejo social de la mujer con gran discapacidad”, Editorial Fundamentos, Madrid, España, 2004.

(5)   Rusell, Jeffrey, “Historia de la brujería”, Editorial Paidós, Buenos Aires, 2005.

(6) Schalock, Robert, L; “Hacia una nueva concepción de la Discapacidad”, Department of Psychology. Hastings Collage, EE UU., Siglo Cero, Volumen 30 (1) páginas 5 – 20

(7) Coriat, Silvia Aurora; “Lo urbano y lo humano, hábitat y discapacidad”. Monterreina, S. A.; Madrid, 2003, página 245.

(8)   Silvia Mirta Valori – “Ensayo sobre “cuerpo”, “discapacidad” y “normalidad”: de-construir la teoría para des-educar en la práctica”.

(9)   Mujer, Equidad y Trabajo – MET, Consejo Nacional de la Mujer, Buenos Aires, 2007, página 23.