martes, 20 de octubre de 2009

GÉNERO Y DISCAPACIDAD. DISCAPACIDAD Y GÉNERO= UNA CUESTIÓN DE DERECHOS

GÉNERO Y DISCAPACIDAD. DISCAPACIDAD Y GÉNERO = UNA CUESTIÓN DE DERECHOS.
AUTORA: S. M. VALORI

El Consejo Nacional de la Mujer (CNM) es el Organismo del Estado Nacional que se encarga de velar por el cumplimiento de los Tratados Internacionales de Derechos Humanos que defienden los derechos humanos de las mujeres, tales como la Convención de Belém Do Pará y la Convención para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW).
Es un Organismo técnico, asesor y consultor que es parte del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales de la Presidencia de la Nación, cuya Presidenta es la Dra Alicia Kircher.

Las mujeres tenemos, por lo general, un gran desconocimiento de nuestros derechos y de la legislación que nos ampara, así como también adolecemos de un déficit de ciudadanía, y esto ocurre tanto con las mujeres que tenemos discapacidad como con la que no la tienen. No es una cuestión de discapacidad, es una cuestión que no hemos sido educadas en un paradigma de Derechos.
No se puede defender lo que no se conoce y, si no conocemos nuestros derechos nada vamos a hacer para que se cumplan.
Cuando comencé a trabajar en el Consejo Nacional de la Mujer –hace casi cuatro años— me dirigí a una de las mujeres expertas en género y le dije si me podía explicar, qué es la Perspectiva de género.
Ustedes, las y los presentes, saben qué es la Perspectiva de género? Acá seguramente hay algunas de las personas presentes que sí lo saben y otras que no.
La perspectiva de género es una herramienta de análisis que nos permite comprender, analizar, desentrañar, las relaciones asimétricas de poder que se establecen entre mujeres y varones en la sociedad, en las cuales generalmente, no siempre, pero sí generalmente, las mujeres se ubican en un nivel de inferioridad, de desigualdad en perjuicio de ellas mismas, en inferioridad de condiciones; son relaciones asimétricas de poder en las que los varones adoptan una posición dominante y las mujeres quedan en situación de subordinación, donde existe, también, una valoración negativa de las prácticas y proyectos femeninos. Estas mismas relaciones asimétricas, inequitativas, desiguales, desvalorizadoras se establecen entre personas que no tienen discapacidad y entre las que sí la tienen.
O sea, cuando nosotras comenzamos a hablar a estas mujeres expertas en género sobre lo que le sucedía a las personas con discapacidad en nuestra sociedad, ellas captaron muy rápidamente lo que estábamos planteándoles. Por que con Género = relaciones desiguales, sucede lo mismo que con Discapacidad = relaciones desiguales. Es decir, las personas son colocadas aún hoy, en nuestro imaginario y son tratadas según niveles jerárquicos, según sean mujeres o varones, según tengan o no tengan discapacidad.
Tiempo después estudié Género, (hice un Curso de dos meses en la Universidad de Costa Rica vía Internet, Crítica Epistemológica Feminista) y terminé de comprender por qué estas relaciones inequitativas conducen a la invisibilización del trabajo y del aporte de las mujeres a la sociedad; cómo esta invisibilización hace que este trabajo no sea valorado o que sea subvalorado, hasta por las mismas mujeres, con la consiguiente dependencia femenina que se establece. Al ser el varón el sujeto proveedor por cultura es él quién tiene los derechos y se permite ciertas libertades, mientras que la mujer sólo tiene, en gran medida, obligaciones que cumplir y al encontrarse en una situación de dependencia económica se ve sometida o soporta humillaciones en su accionar, en su vida cotidiana, y, muchas veces, también violencia física, psicológica y/ o sexual. Esto trae como resultado, también, una feminización de la pobreza. Las mujeres somos las más pobres en todo el Mundo y las mujeres con discapacidad, las más pobres entre las pobres porque nuestro trabajo no está remunerado y nosotras mismas no lo valoramos.
Estas relaciones jerárquicas no afectan sólo a las mujeres, eso es lo que los varones tienen que darse cuenta y ayudarnos a cambiar esta injusta situación.
Por que, si la mujer trabaja afuera, se crean más puestos de trabajo relacionados con guarderías, se compra comida preparada o se sale a comer afuera, se utilizan más servicios y se puede acceder a un nivel de vida superior para ambos, sean mujeres o varones y además, el varón deja de tener que cumplir con el rol de proveedor, abandona esa pesada carga que la sociedad le ha impuesto, rol que cuando el varón no puede cumplir es fruto de desaveniencias en las familias, de reproches, de violencia y que lo convierte, casi instantáneamente, en un “mantenido” en un “vago” cuando muchas veces, ese hombre, no encuentra trabajo por que realmente donde lo busca no hay…
Estos patrones, paradigmas o modelos que tenemos acerca de lo que es ser varón, de lo que es ser mujer, de lo que debe hacer el varón, de lo que debe hacer una mujer nos han sido asignados por la cultura mediante la sociabilización a la que somos sometidos-as desde que nacemos.
Los estereotipos de género son enseñados o inculcados por las familias, las escuelas, las iglesias, los medios de comunicación y circulan en el imaginario social determinando comportamientos, actividades, actitudes, etc. y estableciendo la división sexual del trabajo.
Si transversalizamos el género con la discapacidad notamos que estas desigualdades se potencian y convierten a las mujeres con discapacidad en seres invisibles, con pocas o nulas posibilidades de crecimiento y de acceso a una vida digna y completa.

Los derechos de las mujeres con discapacidad. Entrevista a Dinah Radtke.

En el Año 2005 Dinah Radtke, una trabajadora por los derechos humanos de las mujeres con discapacidad, dio esta entrevista, que las/os invito a leer:

Los derechos de las mujeres con discapacidad son derechos humanos de las mujeres: se lo recuerda Dinah Radtke a la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW) Y a los movimientos internacionales de mujeres

Dinah Radtke es la vicepresidenta de la Organización Mundial de Personas con Discapacidad (OMPD - http://www.dpi.org/) y la presidenta del Comité de Mujeres de la OMPD. La Organización Mundial de Personas con Discapacidad es una red de organizaciones o asambleas de personas con discapacidad en el plano nacional, creada para promover los derechos humanos de las personas con discapacidad mediante su plena participación, la equiparación de las oportunidades y el desarrollo. La OMPD tiene miembras y miembros en 130 países. Más del 50% de las miembras y miembros con derecho al voto son personas con discapacidad. Dinah ha trabajado con directivas/os de Desarrollo para conseguir que las organizaciones que brindan ayuda tengan en cuenta los derechos de las personas con discapacidad como un tema de desarrollo que requiere tanto de fondos como de atención.

WHRnet: Dinah, ¿por qué consideras que la CS Wes un espacio importante para tu trabajo?

DR: La OMPD tiene estatus consultivo frente a la ONU desde 1981. Hemos trabajado tanto con la ONU como con organizaciones de derechos humanos para que reconozcan los derechos de las personas con discapacidad y de las mujeres como derechos iguales (a todos los otros) y con igualdad de oportunidades. La Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW), la ONU y el movimiento de mujeres en general no están reconociendo en forma plena los derechos de las mujeres con discapacidad. A nivel internacional, las mujeres con discapacidad se encuentran entre las personas más marginadas.

Por ejemplo: cuando hablamos de los Objetivos para el Desarrollo del Milenio y de la reducción de la pobreza, tenemos que incluir a las mujeres con discapacidad. Si la meta es la reducción de la pobreza, las mujeres con discapacidad tanto en el llamado mundo desarrollado como en el que está en vías de desarrollo se encuentran entre las más pobres de las pobres. ¿Y qué se está haciendo por la educación, la formación profesional, el desarrollo de la iniciativa empresaria o la atención a la salud de las mujeres con discapacidad? Lo más frecuente es que las mujeres con discapacidad deban arreglárselas solas, con poco apoyo.

La discapacidad y la pobreza también son relativamente interdependientes. Hay discapacidades, como la polio o algunas de las discapacidades visibles, que pueden evitarse con medidas de prevención que cuestan dinero. Los servicios de atención a la salud que son inadecuados pueden hacer que ciertas condiciones se agraven, y los programas de salud que pueden mantener, evitar o aliviar tu estado de salud son todos costosos. Esto se agrava si tenemos en cuenta que obtener un empleo remunerado puede ser a veces difícil para las mujeres con discapacidad, lo que perpetúa su situación de pobreza y reduce su acceso a los servicios de atención a la salud que son costosos.

WHRnet: ¿Cuáles son los puntos centrales de tu agenda, tanto aquí en la CSW como para los próximos años?

DR: Si tuviera que fijar prioridades, lo más urgente para los derechos de las mujeres y niñas con discapacidad es lo siguiente:

1. La lucha contra la violencia sexual, y relacionado a ella está el VIH/SIDA en la comunidad de personas con discapacidad;
2. Educación integral e incluyente, con énfasis particular en la capacitación profesional;
3. Atención a la salud y acceso a tratamientos - lo que incluye la adecuada atención materna y ginecológica. En el mundo "desarrollado" hay muy poca investigación sobre la atención sanitaria para mujeres con discapacidad, como por ejemplo los cuidados maternos para mujeres con discapacidad o la interactividad de los medicamentos en mujeres con discapacidad. En el mundo en vías de desarrollo, no existen servicios especializados de atención a la salud.

Nuestro objetivo más urgente es hacer visibles, audibles, respetadas e incluidas en las áreas críticas de Beijing más diez, la CSW y la Plataforma de Acción de Beijing, a las mujeres y niñas con discapacidad. Hasta ahora, se decía que las mujeres con discapacidad estaban incluídas en forma transversal dentro de esas agendas. Pero esa transversalización nos ha hecho cada vez más invisibles. En parte esto se debe a que a las mujeres con discapacidad no se las ve como mujeres primero y por encima de todo.

Somos mujeres que nos enfrentamos a la misma discriminación por género ya sea en nuestras vidas personales, en nuestras organizaciones y en la sociedad. Por ejemplo: la violencia contra las mujeres tiene una prevalencia altísima en las comunidades de mujeres con discapacidad. Esto se debe en parte a la mayor dependencia de las mujeres con discapacidad en relación a su familia o a las instituciones - que pueden ambas tornarse violentas. En cuanto a la violencia dentro de las instituciones, las mujeres con discapacidad soportan la carga adicional de que sus quejas no se tomen como legítimas. La recolección de datos que ha hecho Amnistía Internacional sobre la violencia sexual tiene sólo dos líneas sobre violencia contra mujeres y niñas con discapacidad. Aquí en la CSW, en todo el material impreso y las publicaciones que se han distribuído no he visto una sola mención acerca de las mujeres y niñas con discapacidad.

La ONU no nos está reconociendo tampoco. Si bien se está creando una resolución especial sobre personas con discapacidad, no hay consideraciones específicas acerca de las dimensiones de género en la discapacidad, y a las mujeres no se nos está consultando en forma adecuada.

Dentro del movimiento de mujeres, no se reconoce que primero que nada somos mujeres, ni tampoco se lo reconocedentro del sistema más amplio de los derechos humanos y la ONU. Nosotras no podemos abolir la discapacidad ni ignorarla. No somos objetos de piedad; somos personas sexuales y sexualizadas que quieren ser reconocidas como mujeres. Pero vamos a persistir y a continuar con nuestro trabajo de promoción y gestión. Hace ya veinticinco años que trabajamos con la ONU, y la primera mención que hubo sobre las mujeres con discapacidad fue una pequeña referencia en la Plataforma de Acción de Beijing.

Estamos aquí para hacer que se escuchen nuestras voces. He hecho llegar el texto (Issue and Analices) a más de 800 personas desde que estoy en Nueva York.

WHRnet: ¿Cuáles piensas que han sido algunas de las barreras que impiden un mayor reconocimiento de ustedes dentro de estos espacios?

DR: En gran medida, nuestro mayor desafío es nuestra (in)visibilidad. El acceso a eventos como la CSW es difícil para las mujeres con discapacidad. El financiamiento es terriblemente inadecuado, y estos espacios no están físicamente equipados para recibir a personas con necesidades diferentes. Por ejemplo: no existe interpretación por señas, ninguno de los documentos se puede conseguir en Braille, y ni siquiera los baños de los edificios de la ONU están equipados en forma apropiada.

WHRnet: ¿Con quiénes has trabajado hasta ahora?

DR: No hemos trabajado mucho con otras organizaciones internacionales, aunque sí conseguimos financiamiento de una gama de donantes internacionales y bilaterales. Pero necesitamos más financiamiento para poder estar más presentes en una variedad de foros internacionales. No podemos tener un mayor acceso al plano internacional o a la representación en él sin más dólares.

WHRnet: ¿Qué clase de apoyo querrías recibir de los movimientos internacionales de mujeres?

DR: Queremos una reflexión seria acerca de los derechos de las mujeres con discapacidad y su inclusión. Que incluyan y hagan visibles los derechos de las mujeres con discapacidad en todas sus publicaciones y programas. Que cuando organicen eventos, tengan en cuenta la diversidad en cuanto a necesidades de las participantes y/o cómo pueden tal vez estar excluyendo a participantes con necesidades diferentes.

También queremos que la comunidad internacional por los derechos de las mujeres tenga presente el impacto de algunos aspectos de su trabajo de promoción, gestión e investigación sobre las mujeres con discapacidad. Por ejemplo: algunas áreas de investigación se deberían prohibir por razones éticas. La medicina está haciendo posibles muchas cosas nuevas. Con la bioética, la gente puede ser capaz de elegir la exclusión de personas como yo o de seleccionar los bebés teniendo en cuenta su sexo. La gente puede ser capaz de elegir niñas y niños que tengan más probabilidades de ser altas/os, delgadas/os y rubias/os. La diversidad es enriquecedora en todos los sentidos. Es maravillosa y bella, y necesitamos tener un mayor respeto por la diversidad. Quiero ver a personas como yo viviendo.

Quiero ver a mujeres como yo viviendo. Nosotras también somos mujeres.